2008/05/01

Poesía.

Oda al oprimido.

Oh! magnánimo ruiseñor de la humanidad,
Ahogado en el alcohol histérico y rabioso,
De la triste soledad que baña la miseria de tu idolatría familiar,
De uñas trizadas por la agonía,
De soles quebrados por la ruin luna oscura,
No eres como el clavel invernal,
Eres el sueño del árbol que sumerge de la tierra
Con vida guardada en la esperanza y el sueño,
Quiebra la disonancia lejana del rendirte,
El que vence la inhumanidad de tu roja fortaleza,
El que enchueca, el que desbarata, destruye y construye,
El animoso triste y vengativo adolorido de la miseria,
El que muere por el silencio de los muertos vivos,
Muertos vivos de la discordia sumergidos en llanto.
Luto, negro bestial,
Rojo, fénix de la vida nueva del sueño eterno,
Volcán furioso, pervertido por la estupidez,
Que vomita,
Que escupe el rastro displicente,
El sórdido murmullo acongojado del vivir feliz.
Piedra y piedra, roca y roca, del muro cordial,
Del ensueño quebrado.
¡Oh! mártir de tus manos,
¡Oh! héroe del sudor y del alimento diario,
Puñetazo del hombre aireado,
Valor semántico de la fuerza natural,
Cabizbajo del poder, tenaz hombre de la nueva verdad.
¿Quien creyó que la nube ahuyenta al Sol?,
más bien lo viste, lo disfraza, lo ahoga.
cuán rápido es el palpitar del viento,
cuán rápido será el desvestir del astro Dios.
Tan milagroso que el que caminó sobre agua se rinde,
Te observa, entre gritos vanos, te llama,
Un dibujo más de la verdad abstracta,
Única, tan persona como impersonal,
E ahí tu nombre, tu apodo, tu piel,
E ahí que dirán, sollozando las sanguijuelas,
Se apagó la lumbre del rosario,
Cuenta, canta, baila el proletario.


Com. Grito_anticapitalista


Tu canto poético de la rabia porteña.

Troncales de hierro que cruzan
Raudos y solitarios
Vuestra curvilínea belleza corporal,
Imágenes borrosas que bañan tus recuerdos,
Tantas sonrisas, tantas verdades, tantos amantes
Que en tu seno brillante cobijaste.

Quizás los sueños de libertad que en tu nombre corrieron
Caen por el peso del tiempo,
Que de tumbas creadoras y mentes ingeniosas
Muestran tu pueril antigüedad
Más allá de los cercos militares
Manchados de sangre hermana que alguna vez
Oyó el roncar de tus enamorados
Pero que consiguió solamente revivirte en sus sueños alborotados.

Cuna, cama infinita, sostén, ombligo codiciado,
Que llora en su templanza por las lágrimas de vuestros hijos,
Aquellos que quieren morir mientras viven,
Amándose en las esquinas lúgubres del tormento
Sin más que la lejana brisa mañanera que abriga
La esperanza de verte desnuda del futuro
Silencioso tirano, careta amarilla del traidor de la muerte,
Que ahoga, te hunde y desaparece como olas rabiosas.

Lloro enrabiado junto a Neruda y Huidobro,
Abrazados del amigo que viste tus senos verdes natural
Debajo de la dura madera, el frío cartón,
Que rebocen, que rebocen, y a escupir su ira
Su canto de dignidad y libertad marina de Valparaíso.
Que la rabia sea un canto poético, que haga el amor
Que cree sonrisas nuevas abrigado del sórdido puerto
Barcos y pesqueros que alimenten a tus hijos
no al del tiburón,
a tus hijos,
no al de las medusas,
a tus hijos,
el futuro que derrumba el de los gigantes de asfalto,
tu futuro que sangra en la caleta envenenado en sudor y que canta la poesía,
el canto poético de la rabia porteña.

Que crezca, que crezca embobado en naturaleza,
Sediento de mares y cercanas montañas,
Sediento de tierra y libertad,
Que envuelva las rutas del ciego que compra el brillo del crepúsculo,
Que día a día, pajarillo a pajarillo,
Gesta días, que cuidarás con tinta poética, Sol de tez morena,
Mar infantil, y la historia de los sueños que allí nacieron,
Se quebraron, germinaron entre las cenizas rojas, negras,
No esperaron tres días y luego, en su otoño, gritaron primavera.

¡Oh Valparaíso! De los sueños entristecidos,
de los cielos rasgados por cerros de cemento,
del medio Sol media Luna, agotado, ultrajado, deshojado.
Dirige tu luz contra el olvidado, silenciado nido de esperanzas,
¡Oh Valparaíso! De la zigzagueante sonrisa,
de las cuevas a las avenidas, de las algas a las playas,
del dolor al jubiloso amor,
a revivir tu oculta hermosura que se digna en cantar tu poesía,
tu canto poético de la rabia porteña.


com.Grito_anticapitalista



El Sol apareció

¿qué le pasó al burgués?
Sus dientes hambrientos perdieron el filo
El alimento proletario endureció sus brazos,
Golpeó al explotador
¿Adónde está?
Arrancó a la libertad.

Los sueños arrancaron del dormir
A un lejano lugar.
Tierra es su nombre,
Mar, su apellido
¿Es dónde germinó la felicidad?
Sí, A los pies de la naturaleza
Cuando banderas negras
Se levantaron con Dureza

Son las fronteras y barreras
Aquellas del razonamiento
Y que se apodan dinero
Que formaron oscuras nubes
Con las que fieras egoístas
Taparon sus gargantas sin poder respirar
Nada más que solidaridad.

El sol apareció
Alumbrando la igualdad,
La alegría y fraternidad
Que los sueños hicieron realidad.
El sol apareció
Quemando y cegando a tiranos,
Aquellos protectores del infernal estado,
Aquellos que clavaban doradas garras
En dormidos siervos víctimas e hipnotizados.

com. Grito_antic.