Enajenar, alienar el precepto puro de la lucha revolucionaria.
La historia que no sucumbe, y aunque suene con tonos marxistas, se crea o, más bien, renueva, regenera día a día con un fin cíclico que convertirá al hombre en su eje junto con una lucha por el mismo concepto de humanidad que crea la esencia de este mismo. El ser humano es propiamente la invertida afirmación existencialista de las cosas, debido a que el hombre existe para luego conocer su esencia, mientras que las cosas deben su esencia precedente a lo propiamente existencial por el mero significado de su función. El hombre ha creado todo, los dioses, las religiones, las propiedades, las herramientas y más por sobretodo, lo natural, el profundo concepto de natural, inexistente por la errónea sobreposición de lo existencial a lo esencial antes explicado. Existencial quiere decir el desarrollo, la confrontación hombre-vida, la creación diaria de la ruta del ser en su contexto, el hombre con el hombre en la naturaleza. La esencia: los por qué, lo rescatado de lo propiamente racional, lo empírico, lo verdad, lo mentira, lo real, lo justificable, lo metafísico del ser. Dicha afirmación será la negación del concepto “natural” que hoy se le entrega al hombre para singularizar su individualidad, para relativizar la pluralidad del hombre e impedir así esa condición libre de la mente, del pensar y del desarrollo, por lo tanto, la enajenación, la alineación de la propia esencia del hombre.
Respectivamente, de dicha afirmación podremos entregar una explicación a lo que es la alineación del hombre y de la enajenación de este mismo, un ser que por la conceptuación de “revolución” es el encargado de renovar, reestructurar a través de la destrucción una nueva sociedad con fines positivos para los que la encumbren, por lo tanto, haciendo caso a su mera esencia para recobrar una mejor existencia.
El hombre es un animal puramente racional, que hará caso a la colectivización para el alcance de su bienestar, determinando así su unicidad, su mejor desarrollo en lo que su esencia demuestre o busque para una bastante mejora. El ser humano es colectivista por dicho sentido, por que complementa a través de otro símil su bienestar en términos existenciales, se permite así desarrollar en lo que siente enfocadamente único, singular, particular. No permitirá así la jerarquización y el poder en su estado de esencia debido a que se desarrolla a través del desarrollo e importancia de su individualidad en pro del bienestar mediante la colectividad pluralista, por lo tanto, florecen el concepto de igualdad y bienestar colectivo e individual. Sin embargo, la sociedad de hoy, la sociedad pervertida e irracional, ha marchitado e involucionado el concepto de existencia y esencia colocando barreras al desarrollo inviertiendo los papeles de esta secuencia de entendimiento, dándole una relevancia total e imprescindible a la esencia, entregándole al poder, como la iglesia y el Estado, o simplemente a las oligarquías o a los señores feudales de antaño, la facultad de configurar a mera apariencia los patrones que construirán la esencia para un todo, para la pluralidad de individuos racionales, en consecuencia, la lenta evolución del matiz oscuro que hoy se degrada entre pequeñas fortunas de los conceptos de “naturales”, ya sean derechos, sistemas, características, etc. En simples palabras la enajenación por parte de los hombres ha mostrado una debilidad al momento de transar con el poder los objetos creados por el hombre en su historia. Enajenación es la entrega de los productos del hombre a pequeñas manos para poder sobrevivir, entre ellas las facultades. Enajenar es lo propio de lo material que podríamos relacionar a lo directamente existencial, mientras que la alienación será la fría consecuencia a la enajenación de sus patrones esenciales, por ejemplo, lo racional, entendiendo por el carácter de inferioridad con que el poder tergiversó la racionalidad del ser que su ser está legitimizado e institucionalizado por la representación y la sobrecoloción secular de los términos de esencialismo precedente a los de existencialismo.
Cuando el hombre alcanza el entendimiento de lo existencial precedente a lo esencial tendrá la facultad para observar la realidad ajena a lo paradigmático, asimilándose así un poco a la teoría de Heidegger sobre el concepto de realidad y verdad. El hombre luego del análisis detenido a los existencial, al sentimiento, y al conocimiento propio podrá observar lo esencial que le librará para situarse dentro de un núcleo colectivo viendo su importancia, su relevancia, y señalando los simbolismos e iconos que mostraránle al humano como humanidad.
Salud y anarquía.
2 Comments:
es bueno saber ke alguien mas piensa y apoya lo mismo ke uno...
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“Existirá la verdad aun que el mundo perezca”.
(San Agustín.)
<<"Y es así, que el HOMBRE, debe CUMPLIR lo que de NIÑO PROMETIÓ…”>>
(Holderlin).
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