2006/09/29

Poesía libertaria

El arribo de mis sueños.

Hoy escribo cuán ínfima es mi historia,
cuán corto es el recorrido que he vivido,
de la que una novela puedo rescatar.
Hoy sueño mis próximas huellas,
Hoy imagino el destruido zapato
Conque vestiré mi alma exasperada,
Aquella bañada en ansias,
Aquella pintarrajeada de pueril color,
Con la que arrojo sonrisas, suerte y alegría.
Hoy veo la riqueza de noventa años entregada,
Entregada de la historia,
De la pena y el sufrimiento olvidado,
De aquellos recuerdos oxidados,
Y que tantos también esperaron
Con sonrisas y altares joviales,
Con los mismos que ahora,
Después de dieciséis cortas leguas,
Mi lengua lisonjea y tanto aguarda,
Con la misma que mis ojos crean su brillo,
Sentada en la estación de la vida,
Esperando sueños forasteros,
Que un día avisaron arribar,
Y que tantos han esperado,
Aquí sentados,
en el frío de la angustia del quizás.


Compañero: Grito_anticapitalista
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Utopía y libertad


Hoy, vi mi utopía
Vestida con mantas negras,
Hoy, creí haberla conocido
Sin siquiera preguntarle su domicilio.
Ayer, vi su máscara color granada,
Amarrada por los brazos de un verde con rayas.
De aquel encadenado al orden golpeado,
Aquel ciervo de un sueño obligado.
Hoy, supe cuán dura es la obediencia,
Destruir y abolir la esperanza
De aquellos que tratan de mostrar sus alas,
De esos que no han tenido miedo
a la libertad de cerrar los ojos,
De dormitar segundos vivos,
Luego separar pestañas
Y emprender el volar
De las más altas cumbres
A las prisiones subterráneas,
Luego negar al rey,
Quemar la soledad,
Volver a volar,
Buscar nuevas tierras y emancipar,
Expandir los sueños y la libertad,
Abrir caminos de solidaridad,
Abolir el poder infernal,
Aquel que nace en nuestro cielo
Y cae acá,
En las tierras del hombre soñador,
Del hombre libre y mi utopía,
De aquel que su honor no enajenó,
Aquel que sembró felicidad,
Levantó los puños y abrió sus rojos ojos.



compañero: Grito_anticapitalista

2006/09/27

11 de septiembre

Una crítica audiovisual sobre lo ocurrido ayer y, el cómo lo recordamos hoy, la gente en las calles, vengando enrabiados el sistema que oculta el pesar y el sueño que no dejaron concretar.
Que vuestros sueños se realicen sin importar parámetros que no sean los sueños de otros.

Libertad y autogestión. anarquía y vida. Salud y libertad!







Diaporama sobre el 11 de septiembre 2006

Comunicado de prensa ante el arresto de 6 jóvenes anarquistas luego del allanamiento a un Centro Social Okupado

COMUNICADO DE PRENSA
Para su máxima difusión

PLATAFORMA POR LA LIBERTAD DE LOS/AS
PRESOS/AS POLITICOS/AS DEL 26-S



Frente a los últimos hechos ocurridos durante el mes de septiembre, y en especial el allanamiento y detención de seis jóvenes en la madrugada del día 26, la Plataforma por la Libertad de las/os Presas/os Políticas/os del 26-S, declara lo siguiente:

1.- Rechazamos la represión y amedrentamiento de que hoy somos objeto como Anarquistas, las investigaciones encubiertas y la maquinaria policiaco-militar orquestada desde el Ministerio del Interior y su policía secreta, la Agencia Nacional de Inteligencia, ANI, como así mismo, la arbitraria investigación emprendida por el Fiscal Jefe de la Unidad de Delitos Menores, Leonardo de la Prida.

2.- Hoy se nos criminaliza sólo por ser Anarquistas, por expresar una opinión política distinta, en un país donde paradójicamente se habla de democracia y de libertad de expresión. La policía utiliza los mismos métodos violentos, los allanamientos, torturas, encarcelamientos, montajes y persecución que se utilizaban en la dictadura de Pinochet. La ANI, la policía secreta chilena, como método de justificar la represión policial coloca una bomba incendiaria en la puerta de la sede del Partido Socialista, la que curiosamente es encontrada por la policía antibombas. El gobierno, respondiendo a las presiones del empresariado y la derecha política, fabrica un montaje, un show mediático, preparando un escenario para la prensa, mostrando botellas vacías y aserrín, libros y afiches como prueba de actividad subversiva. Las únicas pruebas que pesan sobre nosotras/os son conjeturas. Todo este escenario mediático ha servido al gobierno para desviar la atención en una situación de Paro Nacional.

3.- Chile se encuentra hoy ante un escenario caótico, ante una crisis que se manifiesta por una desigualdad en los ingresos sin precedentes en la historia chilena, una vergüenza para un mundo civilizado, donde un sector minoritario de la población, los políticos y empresarios, viven en la opulencia, gozando de sus millones y de los privilegios del capitalismo neoliberal, mientras la mayoría trabaja esclavizadamente para llevar sueldos de hambre hasta sus hogares.

4.- Pese a sus anuncios y buenas intenciones, los políticos y empresarios han demostrado su incapacidad para resolver las necesidades más básicas del pueblo, sumiendo a la mayoría del país en la desesperanza, la miseria, excluyendo y segregando a las personas por su situación económica, sin poder percibir desde sus mansiones y departamentos de lujo las carencias en que viven millones de chilenas/os producto de una organización Estatal que privilegia el gasto militar y los beneficios empresariales por sobre el bienestar de la población.

5.- Es por esto que los/as Anarquistas hemos vuelto a manifestarnos, levantando la bandera de la LIBERTAD, de la emancipación de la mayoría de los/as marginados/as, por una sociedad sin Estado, políticos, patrones, ejércitos o jerarquía eclesiástica: una sociedad organizada desde la base, en los barrios, poblaciones y comunas, federativamente, ejerciendo la democracia directa, sin representantes ni intermediarios, y que mediante la autogestión produce una convivencia basada en el apoyo mutuo y la solidaridad activa en lugar de la caridad egoísta que justifica y promueve las diferencias clasistas.

6.- Hacemos un llamado a todos/as los/as libertarios/as, de Chile y el mundo, y a la población en general para que solidarice con los/as presos/as políticos/as que se encuentran hoy en la Cárcel de Alta Seguridad, CAS, y en el Centro de Orientación Femenina, COF.




POR LA LIBERTAD DE TODOS/AS LOS/AS PRISIONEROS/AS POLITICOS/AS Y LA ELIMINACION DE LAS CARCELES DEL CAPITALISMO




PLATAFORMA POR LA LIBERTAD DE LOS/AS
PRESOS/AS POLITICOS/AS DEL 26-S



Llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones...
Ese mundo está creciendo en este instante...

Libertad y Autogestión

Definitivamente la libertad es una opción y una responsabilidad que a veces ni siquiera dimensionamos. Estamos acostumbrados a que alguien decida siempre por nosotros y nos conformamos con simulacros de libertad dentro de los márgenes establecidos socialmente.

Poco a poco vamos aceptando que otros se preocupen por las cosas que nos atañen directamente, y dejamos que la vida sea un silencioso avanzar entre reglas preestablecidas, pétreas e incuestionables. Así nos vamos acostumbrando a que otros digan lo que no nos atrevemos a mencionar, a que otros se encarguen de nuestra seguridad, a que otros decidan qué podemos ver, o qué es conveniente para nosotros.

Así aceptamos que la injusticia postergue a muchos, mientras unos pocos disfrutan de lo que todos construimos. Así comenzamos a creer que es justo que algunos dirijan y otros obedezcan; así se va construyendo una sociedad a la medida de los privilegios de unos pocos.

Aprendemos a aceptar, a hacer de la sumisión un estado permanente y cómodo frente a la posibilidad de controlas nuestra vida y cada vez más nos vamos condicionando por el lugar que ocupamos en la sociedad, por los más o menos contactos que tenemos, por el dinero que ganamos, por el nivel de estudios que alcanzamos, por el lugar en qué vivimos y callamos, callamos y otra vez callamos.

Pues bien, la libertad se inicia precisamente a la salida de ese camino de silencio. Pero aquí no hablamos de simulacros, no hablamos de tomar en las plazas o pasear por La Moneda como transeúntes despistados, no hablamos de gestionar proyecto culturales con migajas del Fondart o de generar espacios para elegidos, para unos pocos que se aferran a su pequeños mundito de simulacros.

Hablamos de decidir hacia donde queremos llevar nuestra vida sin limitaciones económicas o sociales; hablamos de compartir, de creer y crear hasta las últimas consecuencias, de socializar y distribuir para hacer de la libertad un derecho real. Hablamos de poder elegir lo que deseamos, hacer cosas sin engaños, pero también hablamos de la responsabilidad de administrar esa libertad para que todos tengan acceso a ella.

Esa responsabilidad, esa posibilidad de hacernos artífices de nuestra vida cotidiana, comienza en la forma que nos relacionamos con quienes nos rodean; comienza en la forma en que nos organizamos diariamente para cubrir nuestras necesidades.

¿Por qué aceptamos trabajos alienantes?¿Por qué aceptamos competir en vez de compartir? ¿Por qué aceptamos que nos mientan a destajo cada día?¡Por qué aceptamos siempre la respuesta de que las cosas siempre han sido así? Lo hacemos en gran parte, porque es cómodo, porque no implica riesgos, porque es más fácil aceptar y callar, decir: “ellos saben más”, “tienen mejores ideas que yo” o simplemente “ellos tienen el poder y el dinero”. Revelarse, liberarse, también es luchar un poco contra nosotros mismos; y la mejor forma de hacerlo, es junto a otras personas, a través de la solidaridad y el apoyo mutuo: es es la autogestión.

No necesitas que te financien, no necesitas que te digan como hacer las cosas, ni sobre qué puedes hacerlas, definitivamente no necesitas jefes, ni subordinados, esa es la apuesta autogestionaria: hacer de nuestros proyectos un territorio liberado.

La autogestión implica entender que antes de sacar partido de lo que otros necesitan, es mejor poner a disposición de todos lo que construímos diariamente. Autogestionar es organizarse horizontalmente, sin autoridades, sin elegidos ni iluminados. Autogestionar también implica comprender que si nuestros proyectos no se desarrollarn y se articulan mutuamente, estaremos creando ghetos o burbujas que no hacen más que crer nuevos simulacro de libertad. Si la autogestión no es un proceso social que se expande y toma nuevos desafíos, es sólo otro muerto que camina.

La autogestión está lejos del mundo de las ganancias, está lejos de las estrellas del rock o de las multinacionales, está lejos de las grandes empresas, está lejos del poder. La autogestión es un proyecto simple, porque en forma simple nos relacionamos, porque sin grandes artificios se van construyendo nuestras relaciones cotidianas. Porque estamos seguros de que te interesa tanto como a nosotros conocer siempre quien está del otro lado.

No quremos una sociedad donde unos pocos tienen la posibilidad de crear y construir, mientras el resto somos simples espectadores. Todos tenemos capacidades que muchas veces se ahogan por no tener un espacio, o simplemente porque no luchamos por construirlos.

Cualquier momento es bueno para comenzar a tomar las riendas de nuestras vidas, para hacer pequeños esfuerzos que nos acerquen a un mundo más justo donde sólo el hombre, sus necesidades y sus sueños, sea la medida de las cosas, no el dinero, el poder o la fama.

Tú no sólo tienesn la posibilidad de crear, tú tienes la responsabilidad de hacerlo. Tú no sólo tienesn la posibilidad de ser libre, tienes la responsabilidad de serlo.


Compañeros mas@punk

Amor y Anarquía. Errico Malatesta

Tomado del libro
SOCIALISMO Y ANARQUIA


Al principio puede parecer extraño que la cuestión del amor y todas las que le son conexas preocupen mucho a un gran número de hombres y de mujeres mientras hay otros problemas más urgentes, si no más importantes, que debieran acaparar toda la atención y toda la actividad de los que buscan el modo de remediar los males que sufre la humanidad.
Encontramos diariamente gentes aplastadas bajo el peso de las instituciones actuales; gentes obligadas a alimentarse malamente y amenazadas a cada instante de caer en la miseria más profunda por falta de trabajo o a consecuencia de una enfermedad; gentes que se hallan en la imposibilidad de criar convenientemente a sus hijos, que mueren a menudo careciendo de los cuidados necesarios; gentes condenadas a pasar su vida sin ser un solo dia dueñas de sí mismas, siempre a merced de los patronos o de la policía; gentes para las cuales el derecho de tener una familia y el derecho de amar es una ironía sangrienta y que, sin embargo, no aceptan los medios que les proponemos para sustraerse a la esclavitud política y económica si antes no sabemos explicarles de qué modo, en una sociedad libertaria, la necesidad de amar hallará su satisfaccion y de qué modo comprendemos la organización de la familia. Y, naturalmente, esta preocupación se agranda y hace descuidar y hasta despreciar los demás problemas en personas que tienen resuelto, particularmente, el problema del hambre y que se hallan en situación normal de poder satisfacer las necesidades más imperiosas porque viven en un ambiente de bienestar relativo.
Este hecho se explica dado el lugar inmenso que ocupa el amor en la vida moral y material del hombre, puesto que en el hogar, en la familia, es donde el hombre gasta la mayor y mejor parte de su vida. Y se explica también por una tendencia hacia el ideal que arrebata al espíritu humano tan pronto como se abre a la conciencia.
Mientras el hombre sufre sin darse cuenta los sufrimientos, sin buscar el remedio y sin rebelarse, vive semejante a los brutos, aceptando la vida tal como la encuentra.
Pero desde que comienza a pensar y a comprender que sus males no se deben a insuperables fatalidades naturales, sino a causas humanas que los hombres pueden destruir, experimenta en seguida una necesidad de perfección y quiere, idealmente al menos, gozar de una sociedad en que reine la armonía absoluta y en que el dolor haya desaparecido por completo y para siempre.
Esta tendencia es muy útil, ya que impulsa a marchar adelante, pero tambien se vuelve nociva si, con el pretexto de que no se puede alcanzar la perfección y que es imposible suprimir todos los peligros y defectos, nos aconseja descuidar las realizaciones posibles para continuar en el estado actual.
* * *
Ahora bien, y digámoslo en seguida, no tenemos ninguna solución para remediar los males que provienen del amor, pues no se pueden destruir con reformas sociales, ni siquiera con un cambio de costumbres. Están determinados por sentimientos profundos, podríamos decir fisiológicos, del hombre y no son modificables, cuando lo son, sino por una lenta evolución y de un modo que no podemos prever.
Queremos la libertad; queremos que los hombres y las mujeres puedan amarse y unirse libremente sin otro motivo que el amor, sin ninguna violencia legal, económica o física.
Pero la libertad, aun siendo la única solución que podemos y debemos ofrecer, no resuelve radicalmente el problema, dado que el amor, para ser satisfecho, tiene necesidad de dos libertades que concuerden y que a menudo no concuerdan de modo alguno; y dado tambien que la libertad de hacer lo que se quiere es una frase desprovista de sentido cuando no se sabe querer alguna cosa.
Es muy fácil decir: "Cuando un hombre y una mujer se aman, se unen, y cuando dejan de amarse, se separan". Pero sería necesario, para que este principio se convirtiese en regla general y segura de felicidad, que se amaran y cesaran de amarse ambos al mismo tiempo. ¿Y si uno ama y no es amado? ¿Y si mientras uno aún ama, el otro ya no le ama y trata de satisfacer una nueva pasión? ¿Y si uno ama a un mismo tiempo varias personas que no pueden adaptarse a esta promiscuidad?
"Yo soy feo - nos decía una vez un amigo - ¿Qué haré si nadie quiere amarme?" La pregunta mueve a risa, pero tambien nos deja entrever verdaderas tragedias.
Y otro, preocupado por el mismo problema, nos decía: "Actualmente, si no encuentro el amor, lo compro, aunque tenga que economizar mi pan. ¿Qué haré cuando no haya mujeres que se vendan?" La pregunta es horrible, pues muestra el deseo de que haya seres humanos obligados por el hambre a prostituirse; pero es también terrible... y terriblemente humano.
Algunos dicen que el remedio podría hallarse en la abolición radical de la familia; la abolición de la pareja sexual más o menos estable, reduciendo el amor al solo acto físico, o por mejor decir, transformándolo, con la unión sexual como añadidura, en un sentimiento parecido a la amistad, que reconozca la multiplicidad, la variedad, la contemporaneidad de afectos.
¿Y los hijos?... Hijos de todos.
¿Puede ser abolida la familia? ¿Es de desear que lo sea?
Hagamos observar antes que nada, que, a pesar del régimen de opresión y de mentira que ha prevalecido y prevalece aún en la familia, ésta ha sido y continua siendo el mas grande factor de desarrollo humano, pues en la familia es donde el hombre normal se sacrifica por el hombre y cumple el bien por el bien, sin desear otra compensación que el amor de la compañera y de los hijos.
Pero, se nos dice, una vez eliminadas las cuestiones de intereses, todos los hombres serán hermanos y se amarán mutuamente.
Ciertamente, no se odiarán; cierto que el sentimiento de simpatia y de solidaridad se desarrollaría mucho y que el interés general de los hombres se convertiria en un factor importante en la determinación de la conducta de cada uno.
Pero esto no es aún el amor. Amar a todo el mundo se parece mucho a no amar a nadie.
Podemos, tal vez socorrer, pero no podemos llorar todas las desgracias, pues nuestra vida se deslizaría entera entre lagrimas y, sin embargo, el llanto de la simpatía es el consuelo mas dulce para un corazón que sufre. La estadística de las defunciones y de los nacimientos puede ofrecernos datos interesantes para conocer las necesidades de la sociedad; pero no dice nada a nuestros corazones. Nos es materialmente imposible entristecernos por cada hombre que muere y regocijarnos por cada nacimiento.
Y si no amamos a alguien más vivamente que a los demas; si no hay un solo ser por el cual no estemos particularmente dispuestos a sacrificarnos; si no conocemos otro amor que este amor moderado, vago, casi teorico, que podemos sentir por todos, ¿no resultaría la vida menos rica, menos fecunda, menos bella? ¿No se vería disminuida la naturaleza humana en sus más bellos impulsos? ¿Acaso no nos veríamos privados de los goces más profundos? ¿No seríamos más desgraciados?
Por lo demas, el amor es lo que es. Cuando se ama fuertemente se siente la necesidad del contacto, de la posesión exclusiva del ser amado.
Los celos, comprendidos en el mejor sentido de la palabra, parecen formar y forman generalmente una sola cosa con el amor. El hecho podrá ser lamentable, pero no puede cambiarse a voluntad, ni siquiera a voluntad del que personalmente los sufre.
Para nosotros el amor es una pasión que engendra por sí misma tragedias. Estas tragedias no se traducirián más, ciertamente, en actos violentos y brutales si el hombre tuviese el sentimiento de respeto a la libertad ajena, si tuviese bastante imperio sobre sí mismo para comprender que no se remedia un mal con otro mayor, y si la opinion publica no fuese, como hoy, tan indulgente con los crimenes pasionales; pero las tragedias no serían por esto menos dolorosas.
Mientras los hombres tengan los sentimientos que tienen - y un cambio en el regimen económico y político de la sociedad no nos parece suficiente para modificarlos por entero - el amor producirá al mismo tiempo que grandes alegrias, grandes dolores. Se podrá disminuirlos o atenuarlos, con la eliminación de todas las causas que pueden ser eliminadas, pero su destrucción completa es imposible.
¿Es ésta una razon para no aceptar nuestras ideas y querer permanecer en el estado actual? Así se obraría como aquel que no pudiendo comprarse vestidos lujosos prefiriese ir desnudo, o que no pudiendo comer perdices todos los dias renunciase al pan, o como un médico que, dada la impotencia de la ciencia actual ante ciertas enfermedades, se negase a curar las que son curables.
Eliminemos la explotacion del hombre por el hombre, combatamos la pretensión brutal del macho que se cree dueño de la hembra, combatamos los prejuicios religiosos, sociales y sexuales, aseguremos a todos, hombres, mujeres y niños, el bienestar y la libertad, propaguemos la instrucción y entonces podremos regocijarnos con razón si no quedan más males que los del amor.
En todo caso, los desgraciados en amor podrán procurarse otros goces, pues no sucederá como hoy, en que el amor y el alcohol constituyen los únicos consuelos de la mayor parte de la humanidad